Estas vacaciones han habido dos muertes que me han sobrecogido, una, la del jugador del sevilla Antonio Puerta, convertido en un espectáculo televisivo. Otra, la de un vecino de mi barrio, que ni siquiera se como se llamaba, para todos era el marido de la hija de la señora María, por poner un ejemplo. Este hombre fue una victima más de un accidente laboral, era albañil y días antes mandó a su mujer una foto al movil para que viera donde se tenía que meter, al final todo el terreno se le vino encima, dejando mujer y dos hijos. La muerte es igual para todos, pero la vida parece ser que no.
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